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La gestión de requisitos considera diferentes tareas desde el acuerdo sobre lo que se va a hacer, el control de las modificaciones a lo que se acordó y la revisión de que se está haciendo lo correcto. Cuando las dos primeras se realizan correctamente se podría pensar que la última está de más, pero sería como pensar que porque el proyecto va bien no existen riesgos.
El modelo CMMI establece en el área de proceso de REQM las prácticas necesarias para la gestión de los requisitos. Su propósito es gestionar los requisitos de productos y componentes y asegurar que se mantienen alineados con los planes y productos de trabajo. La segunda parte de ese propósito es el foco principal de este artículo.
Gestión de requisitos
Las prácticas específicas de REQM establecen elementos esenciales para garantizar que los requisitos estén gestionados para entregar el producto dentro de los términos definidos para el proyecto.El ciclo inicia al establecer un entendimiento sobre los requisitos que se tienen identificados (SP1.1) y que posteriormente serán comprometidos (SP1.2). Los requisitos comprometidos constituyen la base para la planificación y ejecución de las actividades del proyecto, por lo que es necesario garantizar su consistencia.
Los requisitos comprometidos se relacionan en una matriz de trazabilidad (SP1.4) con las dependencias de entidades que se van desarrollando, lo que garantiza que sean consistentes entre sí y que todos sean atendidos en el proyecto.
Cuando existe un cambio sobre los requisitos (SP1.3) se debe evaluar el impacto en las dependencias identificadas y decidir si procede o no. Los ajustes a los requisitos y entidades asociadas deben ser considerados, realizados y nuevamente actualizados en la matriz de trazabilidad.
Revisión de inconsistencias
Con los cambios y actualizaciones a los requisitos surgen inconsistencias entre lo que se comprometió y lo que actualmente se está realizando. Por ello es fundamental contar con medios para vigilar que no existan y cuando se identifiquen actuar para evitar que las afectaciones puedan ser mayores.La intención de la práctica específica 1.5 en REQM es garantizar mantener la consistencia entre los requisitos y productos. Por una parte tiene una función preventiva que revisa que no existan diferencias por problemas de comunicación, interpretación incorrecta o cualquier otra discrepancia que no garantice el resultado esperado. Cuando se identifican inconsistencias se deben corregir en el menor tiempo posible, para minimizar los impactos en el producto.
Se relaciona con la gestión de problemas o asuntos en el proyecto por lo que puede utilizar un procedimiento similar. Las inconsistencias son identificadas, analizadas, se establecen acciones correctivas, se asigna un responsable y se da seguimiento para garantizar el cumplimiento.
En algunas organizaciones se mal interpreta la práctica y se busca “atrapar” el error y al que lo provoca, como si fuera la cacería de brujas de la inquisición. Incluso son expuestas públicamente para demostrar y reafirmar que es una práctica existente. Si las actividades preventivas son realizadas adecuadamente, el resultado esperado debieran ser mínimas correcciones que hacer. Lo cual es eficiente y reduce los costos.
El enfoque, como en muchas prácticas, debe hacerse hacia los mecanismos de prevención y no gastar los recursos en la corrección. Si al final no hay nada que corregir, el esfuerzo habrá valido la pena. No hay que “provocar” inconsistencias para demostrar que se tienen requisitos y productos correctamente alineados.
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