Abrahamsson, P., Salo, O., Ronkainen, J., & Warsta, J. |
En particular las áreas de proceso que tienen notas y referencias específicas a Agile son CM, PI, PMC, PP, PPQA, RD, REQM, RSKM, TS y VER. Estas anotaciones deben considerarse como ejemplos para ayudar a entender el contexto en que se aplican las prácticas, pero no la forma en que deben implementarse. Al final, cada organización decide el mejor enfoque para la aplicación de las prácticas en el modelo.
Agile en las áreas de proceso
Para el caso de la gestión de la configuración (CM) es importante, para lograr la aplicación de las técnicas Agile, el uso de herramientas automatizadas y el establecimiento de estándares para el equipo que permitan el trabajo integrado, colaborativo y dinámico, en ciclos o iteraciones cortas, con un adecuado control de los cambios. Esto está muy relacionado con la integración del producto (PI) por las constantes y frecuentes integraciones que se hacen del producto, por lo que es importante establecer los mecanismos de integración y gestión de las interfaces que permitan mantener la dinámica de la iteración.
Las actividades de aseguramiento de calidad (PPQA) se tienen que integrar de manera "inteligente" como parte de las actividades propias de la iteración en apoyo a las necesidades de la organización, en particular haciendo énfasis sobre las revisiones a realizar, sobre cuáles procesos y productos.
Para la gestión de proyectos se requiere mantener el dinamismo para la planificación y control general de la versión así como para los ciclos cortos de iteraciones. En el caso de la planificación del proyecto (PP) se establece un plan de alto nivel y luego planes específicos por iteraciones que deben considerar la estimación, asignación y compromisos para la ejecución de las tareas en relación con el tiempo, esfuerzo, recursos y riesgos asociados. Para la monitorización y control del proyecto (PMC) es importante mantener y revisar la participación activa de los interesados y el cumplimiento de las asignaciones dentro de cada iteración.
El enfoque Agile está orientado básicamente a controlar ciertos riesgos que se pueden presentar en el proyecto, pero aún así las prácticas de gestión de riesgos (RSKM) pueden ser integradas como parte de la planificación y gestión de cada iteración.
En las actividades de ingeniería, aunque el cliente está directamente involucrado en las actividades, es importante separar las necesidades de las posibles soluciones. Es importante la definición de los requisitos (RD) que permita la identificación, documentación, análisis y validación de los requisitos de manera iterativa, que deben ser priorizados, evaluados y asignados para cada iteración. La gestión de los requisitos (REQM) se lleva al inicio y cierre de cada iteración mediante los instrumentos y técnicas Agile que permiten comprometer los requisitos y gestionar la trazabilidad de los mismos.
La solución técnica (TS) busca las posibles soluciones a los requisitos y las iteraciones exploran funcionalidades que se van integrando en el producto. La documentación adecuada de esas soluciones facilitan la tarea a los equipos que desarrollan las características futuras o realizan los mantenimientos.
En las funciones de verificación (VER) y validación (VAL) la participación activa del cliente permite un mayor apoyo entre las dos actividades, garantizando la compatibilidad de requisitos con la solución y la forma en que será utilizado así como la identificación temprana de los defectos.
Para la aplicación de CMMI con un enfoque Agile se requiere una adecuada revisión de las prácticas dentro del contexto de aplicación de los diferentes métodos y técnicas para sacar el mejor provecho sin menospreciar el cumplimiento de las metas, que son los elementos que en última instancia se utilizan para comparar entre organizaciones.
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